Contracara
Hace poco te mencionamos que el liderazgo adquiere sentido cuando parte y termina en las personas sobre las cuales se quiere influir. Entonces creemos necesario mantener nuestra atención sobre nosotros y sobre esas personas. La atención sobre nosotros la abordaremos en otra oportunidad. Hoy queremos dar algunas pistas relacionadas con aquellos que esperamos liderar y que muchas veces la literatura les cataloga como seguidores.
¿Han escuchado una frase que habla sobre la facilidad que habría en engañar hacia arriba, pero lo difícil que resulta hacerlo hacia los lados y hacia abajo? Si la conoces, pasa al siguiente párrafo. Si no, se refiere a la idea de proyectar una imagen distinta hacia los jefes respecto de la que proyectamos sobre pares o subalternos, para que los primeros tengan una mejor impresión de la que nuestros propios méritos o forma de ser logran generar.
Las causas de esta idea podrían encontrarse en que nuestros subalternos viven (o sufren) en carne propia el resultado de nuestro carácter y de nuestras decisiones. Esa parte, la de nuestra faceta como jefes, no es percibida por el jefe superior, ya que normalmente ellos ven nuestro comportamiento como subordinados. Así, un jefe déspota e irreflexivo con su equipo podría pasar perfectamente como un líder responsable y cumplidor frente a su superior.
En un análisis rápido, se podría poner el foco sobre la persona que proyecta las distintas versiones de sí mismo. Sin embargo, creemos que este comportamiento requiere de una mirada distinta y que de seguro afecta a muchos de nosotros.
El hecho que esto ocurra con frecuencia, además de la existencia de jefes indeseables para cualquier organización, implica que quienes somos responsables de personas que además tienen personal a su cargo, somos bastante susceptibles de ser engañados. Es más, es muy probable que esto esté pasando actualmente en tu organización.
Lo primero es mantener la calma y seguir leyendo. En Azimut12 hemos pasado por muchas de estas instancias, por lo que te entregamos tres ideas de fácil implementación para mitigar este fenómeno:
Conversa y conoce a las personas que conforman los otros niveles. Conoce qué piensan y cuáles son sus preocupaciones. Si bien el foco del liderazgo para ejecutivos y líderes estratégicos podría centrarse en los líderes subalternos, no hace mal conocer a quienes finalmente "hacen la pega".
Observa a tu equipo en diferentes momentos y actividades. Identifica la calidad de sus habilidades para comunicarse y sobre todo su capacidad para actuar bajo presión. Estas competencias tienden a ser un buen predictor de cómo actuarán frente a sus propios equipos.
Finalmente, mantén un foco en los valores de tu organización y en principios universales. En ocasiones podemos perder de vista la dimensión valórica y premiamos sólo resultados oportunos y de calidad. Cuando esto ocurra o cada cierto tiempo, contrasta esos resultados y el trabajo que se requirió con los valores institucionales y principios propios de nuestra cultura, identificando cómo se comporta tu equipo desde esa perspectiva. Puede que te lleves sorpresas.
En síntesis, recuerda que, en nuestra condición de líderes de líderes, somos susceptibles al engaño por parte de quienes quieren proyectar una imagen distinta a la que su personalidad y capacidades forman. Es por ello que debemos establecer nuevas rutas y conocer a quienes integran otros equipos, observar la forma en la que nuestro personal actúa bajo presión y, sobre todo, no perder de vista los valores y principios que nos identifican como cultura y como organización.
Equipo AZIMUT 12.